En los últimos días están sucediendo acontecimientos que permiten verificar el nivel de educación y conciencia social de nuestra ciudad, región y país. Y -como es natural- corresponde preguntarnos ¿Qué está sucediendo con la conciencia social piurana y peruana?
En primer lugar, “la conciencia social existe y se manifiesta en formas de ideología política, conciencia jurídica, moral, religión, ciencia, criterios artísticos, arte y filosofía. A diferencia del reflejo directo de la realidad en la conciencia cotidiana, las formas de la conciencia social constituyen una conciencia más o menos sistematizada, mediatizada por el reflejo teórico o artístico metafórico de la realidad” (Filosofía, 2000). Entonces, las reacciones de las personas denotan el nivel de educación de los individuos en los aspectos ciudadano y espiritual, demostrando su nivel de desarrollo integral. Por ello, cuando vemos que miembros de un grupo político rompen los anuncios publicitarios del adversario, cuando se insultan por las redes sociales, cuando llegan a las agresiones físicas en los mítines y peor aun cuando los líderes de las agrupaciones políticas emiten comentarios mordaces; pues así solamente se verifica el bajo nivel de educación y de conciencia social. ¿Qué hacer? De nuestras autoridades esperamos que aumenten la gobernabilidad educativa mediante una mejor contextualización tanto del proyecto educativo nacional como del proyecto educativo regional. De los individuos, aquellos que gozamos de mejor educación demostrarlo con hechos mostrándonos más comprensivos y tolerantes con el prójimo, y en condiciones de agresión física o psicológica pues acudir al poder judicial o extrajudicial (centros de conciliación)?
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